Acabada ya la Semana Santa es hora de hacer balance de lo vivido en una semana llena de momentos que quedaran siempre en mi retina.
Lo primero y más destacable es la participación como colaborador en el Radio Jerez, motivo por el que me he dado realmente cuenta, de lo que es trabajar en Semana Santa, aunque sea algo que te guste. Es decir, por mucho que te guste, siempre prefieres disfrutar a tu aire y no estando atado por horarios de salidas y recogidas. Pero en el fondo, ha estado muy bien. He podido conocer a muchas personas que dedican mucho tiempo a este mundo cofrade, tan desconocido por muchos.
Gracias a esta participación he podido vivir momentos que sin la radio quizás nunca hubiese vivido.
Todo comenzó el Domingo de Ramos radiando la salida de la Hermandad de la Estrella, Borriquita como la conocemos todos. Sencillamente diferente saber que estás narrando algo y que te están oyendo muchísimas personas en la ciudad, a ti, por ello uno se esfuerza en hacerlo lo mejor posible.
Cuando narras Semana Santa, como es mi caso, tienes que imaginar que se la estás contando a una persona invidente. Por tanto tienes que pintarle la situación, desde contar la ubicación donde te encuentras, pasando por el color de los nazarenos, número aproximado de gente con la que te rodeas, exorno florar de los pasos etc. Pinta todo lo que puedas para cerrar los ojos y ver lo que digo. Por eso, ya pasada la Semana Santa comienzo a escucharme mis propias grabaciones para intentar corregirme para el año próximo.
Ese domingo de palmas finalizó con la recogida de la Hermandad del Transporte, Hermandad, que todo he de decirlo me trató estupéndamente ante la gran bulla crecida en torno a los pasos.
Recogida muy bella con muchas cosas que contar.
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