lunes, 25 de agosto de 2014

De una etapa a otra

Fue por ti la última vez que escribí en este espacio personal, el cual tengo casi olvidado. Aquí me refugio de mis problemas, mis miedos, mis emociones y encuentro en este espacio cibernético mi altavoz íntimo, mi grito a un mundo que de tantas cosas que oye, casi no escucha nada.
Hoy no es un martes cualquiera, no. Es el último martes antes de. Antes, disfrutaba de cada martes como si fuera el último. Este, es el final de una etapa. Como la Vuelta Ciclista a España que pasó hace unos días por Jerez y que hasta hoy, ha recorrido los rincones de la provincia de Cádiz. Ya el martes que viene, lo más cerca que podré tenerte es el teléfono o la pantalla de mi ordenador donde, desde Skype, intentaré expresarte una caricia en esa piel blanca, ahora algo morena, que tanto me gusta tocar. O por teléfono te lanzaré los te quiero más bonitos que se puedan expresar. Se veía un mundo cuando hace poco más de un año y medio conocía a alguien que cambiaría mi vida para siempre. Desvío el camino y lo convirtió es tantas cosas, tan indescriptibles, que sería capaz de crear un teorema matemático, siendo yo de letras, para explicarlo. Y tampoco. Os lo explico fácilmente. Ella, me llenó. Con pocas cosas. Sin grandes hazañas. Pequeños detalles. Ella es única. Diferente. Por la que siempre merece la pena luchar. He de reconocer que nunca peleé tanto por alguien como lo hice y lo hago por ella. Lo que me ha dado y me da cada segundo, merece la pena para seguir sonriendo un día entero más. Da sentido a muchísimas cosas y ahora, se marcha a estudiar. A una de las mejores universidades del mundo. A la capital de España. A unos 600 kilómetros de distancia. Y comienza una nueva etapa. Para ella. Para mi. Para nosotros. Todavía no acierto pensar que te vas el sábado. Que apenas quedan cuatro días en los que piense y te diga con total certeza...¡mañana te veo!. Será el viernes, el último día...hasta pronto...te veré una vez al mes. Pero la dinámica ya es distinta. Claro, tú comienzas una carrera. Yo he de terminar mi Máster, mi inglés, trabajar o seguir estudiando. Ambos avanzamos. Nuestro amor, también. De otra forma. Aunque te vea un fin de semana al mes. Aunque guarde todos los besos que me apetece darte cada día en un sobre. Ese, que te deje cada despedida entre tus manos. Para que tengas para el resto del mes. Podemos interpretarlo de varias maneras. Podemos estar tristes, porque nos separamos físicamente. Podemos estar, porque todo continúa de alguna u otra forma. Podemos estar alegres, porque el reencuentro final está cada vez más  cerca. Habrá días para todo.
Nunca me cansaré de agradecerte cada uno de los días que me regalas, cada sonrisa, cada felicidad, cada alegría al ir a la cama y soñar contento. La libertad al saber que puedo caminar libre amando. Sin ninguna correa que impida el ir o venir, con respeto y sinceridad.
Todo eso que tú ya sabes.
Ya me toca pensar cómo sorprenderte a tantos kilómetros de distancia. Algo se me ocurrirá para hacerte sonreír tanto como aquí. Con esos pequeños detalles que tanto te gustan. Que tanto nos gustan.
Disfrutemos, cariño, de estos días que restan aquí, entre Jerez y El Puerto. Que nadie impida lo feliz que somos juntos. Lo bien que nos entendemos. Que el amor no entiende de edades.
¿Sabes por qué te quiero? Porque me quieres por lo que soy. Porque me encantas tal como eres. Tú. Sin que te cambien. Pese a quien le pese. Tú, eres única. Tu esencia es única.
Y ahora que te vas, nos tocará vernos menos, nos tocará echar de menos...
Pero este amor seguirá creciendo...

Te quiero princesa.