domingo, 12 de mayo de 2013

Los que siempre están ahí

Hoy vengo a contarte la historia de dos personas, tan diferentes entre sí, que han marcado a fuego una palabra en mi corazón: AMISTAD. Sí, y lo pongo en mayúsculas porque lo han demostrado - y lo siguen haciendo - por día que pasa. Y los uno porque así aparecieron, juntos. Cada uno por su camino, cada cual con su forma de ser y de comportarse, con sus cosas, pero encontrándose con un servidor que solo tiene palabras de agradecimientos. Por casualidad o no, llegaron a la par, casi sin saberlo. Haciendo bueno el dicho de 'cuando menos te lo esperas', y ahí están. Grandes de corazón ambos y tan distintos en esencia. Los amigos son el mayor apoyo que te puedes encontrar, los que sabes que pase lo que pase, nunca te abandonarán, y eso es lo que me han demostrado en tan poco tiempo. Y por partes.

Primero os hablaré de él. Nos conocíamos de cofradías. Páginas web compañeras que manteníamos un trato cordial. Pero no sé por qué motivo o razón, empezamos a fundamentar una amistad que bien me hacía falta. Si hay algo en lo que me caracterizo, es en darle a la gente el sitio que se merece, porque soy persona de pequeños detalles. Y ahí él los tuvo. Cuando más me hacía falta. Ahí estaba. Me apoyé en él como pudiera haber sido cualquier otro, pero ahí estaba para sacarme una sonrisa. Para bien o para mal, me ha enseñado otro mundo que no conocía y en el que me siento a gusto. Realmente necesitaba un amigo en Jerez tras largos años en Sevilla estudiando donde dejo muchos conocidos y algún que otro gran amigo. Pero allí se quedaron y en Jerez estaba huérfano de eso. Bueno sí, alguno hay. Pero para ocasiones puntuales de extrema necesidad. Ya me entienden. Echaba en falta un amigo con el que poder salir, sin necesidad de estar mal o bien o ser una ocasión especial .Un amigo con el que se pueda contar siempre y pueda tener un trato casi de hermano. Y te encontré. Gracias.

Y ahora de ella. ¡Qué os voy a decir de una persona que conoces de salir un día en un bar y es amiga de amiga!. Pues ustedes dirán, casi nada, un hola y adiós, un poco de charla y poco más. Nada de eso. Ella es el fiel espejo de amiga y compañera. Una niña que se alegra por tus alegrías y expresa vivamente esa ilusión. Una muchacha que no duda en aconsejar, escuchar y si hace falta señalar el camino si bien o si mal. Ya me lo dijo en su día, que no creyera imposible algo que ella veía - por entonces - viable. Y hoy es un realidad. O al menos algo parecido. Ahora ella una de mis grandes amigas de Jerez. De las que más. En poco tiempo, poquísimo, ha logrado depositar en ella una confianza plena para compartir mis penas y alegrías. Y además, es recíproco. No dudes nunca, amiga, que siempre estaré ahí para ponerte las cosas un poco más fáciles, si se puede. Y si no, pues para hacerte sonreír, que no hace falta nada más. 
Una niña que se alegra de verte como si hiciera años que no te viera, que expresa con los ojos esa calidad humana que simboliza la palabra Amistad. Ella ha estado cuando más falta me ha hecho en los últimos días, ha sido hombro de lágrimas y compañera de risas y carcajadas, bailes y miradas. Enamorada de la felicidad es una niña que merece la pena haber conocido. Le daré gracias siempre al cielo de haberte puesto en mi camino. Ahora contigo, todo es un poco más fácil. Gracias.

En fin, estoy feliz de haberme encontrado a dos personas que me han demostrado el valor de la amistad, y con los que sé que puedo contar siempre. No cambiéis por favor. Yo estaré ahí cuando os haga falta. Vosotros, ya me lo habéis demostrado.

sábado, 11 de mayo de 2013

El aire que me lleva

Y se acabó. Así termina la gran historia hasta ahora de mi vida en las miles de páginas de este cuarto de siglo que llevo escrito. Se terminó con un suspiro de aire fresco y un mar de recuerdos que ya quedan alojados en la añoranza. Se fue como aquel globo que se suelta y que lentamente ves desaparecer en el ancho del cielo, cada vez más lejos. No hay vuelta atrás, solo reojos a una historia que tanto por su dimensión como por su capacidad ha acaparado casi la última decena de mi vida, inmerso en la transición de juventud a madurez. Y finaliza, pero no muere. Porque si fallecieran todos aquellos momentos junto a ti, mi vida tendría grandes lagunas en todos y cada uno de los sentidos que se le puedan dar a esta. Porque contigo he aprendido a vivir, a sentirme querido, a creer que no estoy tan mal como me veo yo y sobre todo a compartir lo que llevo dentro con alguien. Pero para ser plenamente feliz hay que estar enamorado, y ese fuego se apagó y tomé una decisión. Acertada o no, creo que ha sido la mejor, y como te querré siempre, deseo ahora que seas feliz allá donde tu camino te lleve. Y te está llevando para descubrir nuevas aventuras, nuevas historias, nuevos relatos de la vida, que por corta no se puede perder el tiempo. Quizás nunca pensé que te ibas a rehacer tan pronto, y eso, en el fondo me duele. Pero ya saben que cuando el amor desaparece en uno de los dos, desaparece en realidad en ambas partes y es sustituido por un egoísmo cariñoso que en nada se le parece. Por eso. En el fondo, me siento mal porque se haya acabado tan rápido. Nunca pensé que sería yo quien terminaría con todo esto. Yo, el mismo que en 2005 comenzaba una historia que nunca pensé que acabaría. Pero bien sabes que algunos acontecimientos de esta aventura han ido desinflando lo que en su día no cabía en el pecho. Pero bueno, gracias por todo. Siempre te llevaré como la primera. Los primeros amores dicen que nunca se olvidan. Y vuelta de nuevo a los 17 años que tenía cuando la comencé. Y nunca mejor dicho. Vuelvo a ser el loco que era, con la 'madurez' de ocho años más tarde. Toda una bomba de relojería. Y sin tiempo para pensar, conozco a alguien. Alguien que me abre los ojos para dar el paso, quizás más difícil en lo que llevo recorrido. Y en su locura me siento identificado. Pero no somos iguales. Poco nos parecemos créanme. Bueno poco, en muchas cosas sí. Tan parecidos y tan diferentes. Me gusta esa frase. Y llega como cuando en verano, por las calles de Cádiz entras en un callejón que te lleva desde el Paseo a la Avenida y te pilla la corriente, con un aire nuevo que te hace olvidar el calor de la playa. Un aire distinto. De esos que no saben hacia donde te llevan. Y un aroma nuevo que viene con sabores distintos que elimina toda la prisa, toda la rapidez y aporta serenidad, paz y libertad. No es que no estuviera libre. No. Yo siempre lo he sido. Sí que es verdad que este nuevo fresco me aporta felicidad. Y es el fin de cada uno ¿no?. Llegar a la felicidad. Y mi vida da un vuelco completo. Todo se me echa encima, pero suavemente. Como la leve melodía de 'Entre dos aguas' de Paco de Lucía, comienza a avanzar mi sentir. Casi sin pensar, lo intento. Guiándome por el corazón, como casi siempre he hecho. Mi cabeza está para estudiar, para los casos de lógica. Pero el amor no entiende de eso. Los impulsos del corazón son más fuertes que cualquier pensamiento que te hace plantear que nada va a salir bien. ¿Qué hay más apasionante en la vida que vivirla día a día sin saber qué va a pasar mañana?. Viviendo queriendo y sintiendo sin saber muy bien qué. Pero que te hace feliz, te desahoga de los problemas y te sientes feliz. ¿Para qué más?
Alguien me dijo hace poco que hay que Sonreír a la Vida.
Ese mismo alguien que está haciendo que la Vida me devuelva cada día una sonrisa.

domingo, 5 de mayo de 2013

Felicidades y gracias mamá

Otra vez frente a esta página de vivencias y de recuerdos imborrables. Otra vez me pongo ante la escritura que tanto me alivia y desahoga. Otro primer domingo de mayo para hablar de aquella persona, que como la escritura, desahoga mis sentimientos y es pulmón de mi oxígeno. ¿Qué te voy a contar ya que no sepas?. Si incluso tu sexto sentido, será la sangre, que es la misma, te hace saber sin que yo haya abierto la boca, cómo me encuentro o cómo me siento. Más si cabe en estos días donde vuelvo a ser yo solo, sin pensar en un nosotros que había colocado en mi vida desde hace ya unos pocos de años...tú ya me entiendes. Y ahí estabas tú, para escucharme, sonreírme y aconsejarme. La verdad es que estoy orgulloso de tener a alguien como tú, mamá. No todos pueden decir lo mismo. Sí, muchas mujeres son madres, pero no todas lo demuestran día a día con el amor a sus hijos como lo demuestras tú. Porque además, no das a basto. La empresa, la casa, nosotros, la comida etc etc...El cielo lo tienes ganado, sólo con aguantarnos a nosotros tres. Si le sumamos todo lo demás...Un modelo donde fijarse...créanme. Por suerte tengo alguien como tú.
Felicidades, y gracias mamá.