miércoles, 17 de diciembre de 2014

Vivir con esperanza

Imagina tal paisaje,
Que vengo a contarte,
Cierra los ojos y comparte,
Lo que cuenta el mensaje.

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Ella en el césped sentada
Como cada día, cada instante,
El cielo ocupaba su mirada,
Como si entre las nubes
 Pudiese ella sentarse.
El vacío de querer encontrase,
Mas el horizonte ante ella
Perdiese entre las cosechas
Y silencio viniera a buscarle.
Otro anochecer más,
Otra caída de la tarde
El día se va a acabar
La tierra engulle al sol
Y el cielo parece que arde.
Fuego es su corazón,
Más quisiera confesarle
Cuantas estrellas cuenta
Entre gritos en silencio
Entre gritos de verdades.
Sus rizos cuentan la sal
Que pasea por sus mejillas,
Cuando las manos son pañuelo
Que no les dejan bajar.
Caí la noche en el monte,
Y esas estrellas se fundían,
Dos más de aquella galería
Entre luces y azul universal.
‘Yo puedo’ se repetía,
‘Porque sola no voy a estar,
Tú serás mi mejor amiga,
Con la que siempre puedo contar’.
Con el silencio como testigo
Y la más absoluta soledad,
Secó sus lágrimas del rostro
Y levantándose, volvió a caminar.
No había música,
El latido de sus pasos al andar,
Era el mejor acompañante,
Pues en su camino tunante,
Fue su mejor despertar.


“Nunca pierdas la esperanza”

domingo, 2 de noviembre de 2014

Candil apagado

De nuevo la soledad vuelve a inundar mis mañanas,
Mis tardes y mis noches siendo aun ocupadas,
Navega el recuerdo efímero de una época pasada.
De nuevo la soledad encuentra en mí su morada,
Se abraza a mi mente, a mi espíritu, mi alma,
E inunda de pasado otra historia ya soñada,
Me invaden los quebrantos, rompo en llanto,
Grito en un silencio apagado que por más que alzo la voz,
Más que quiero entonarla, refléjase en el  agua como lluvia callada.
Quedé me solo, te llevaste el alma,
Cuando guardaba el más rico tesoro,
Cuando la luna por ti bajaba,
Cuando el día se hacía noche,
Y una mirada tuya el tiempo paraba.
Los días surcan sin rumbo,
El camino que ya marcaba
Se desdibujó en la orilla
Entre olas y olas opacas, despintadas.
El agua, fría, tenue, manchada,
Siéntese entre los enredos que sostienen
Más allá que unas palabras.
Y así pasa el tiempo,
Así sin que nadie ya contara,
Cuanto falta por verte
Dibujando una sonrisa entre carboncillos
Y sombras repasadas.
Y así pasa el tiempo,
Así sin que nadie lo parara,
Con la esperanza que aguarda
Un mar lleno sin mancha,
Un rayo de luz a lo lejos,
El toque de sol que entrecerraba,
Unos ojos que no quieren creer,
Que ya no soy al que mirabas.
Y traerá conmigo otro espejo,
Otro cristal que reflejara,
Una imagen distinta,
Familiar, que sonaba.
A una nueva melodía,
Otro aleteo en el pecho,
Una ilusión renovada.
Esperando quedo al día,
En el que sin creer la encontrara,
Aquella luz del olvido,
Desde que tú la apagaras.

sábado, 1 de noviembre de 2014

Quisiera

Quisiera volver a ser aquel niño. Con la inocencia de la edad en la que solo piensas en jugar, comer y dormir. Quisiera poder levantar la cabeza y ver los brazos de mi bisabuelo Ramón recogiéndome en primer día de guardería. Quisiera corretear por el patio de mi barrio y agarrar de la mano a mi madre, como si fuera el mayor refugio que existiera. Quisiera volver atrás y quedarme. Cual niño perdido de Peter Pan en Nunca Jamás. Quisiera simplemente no pensar. Que los recuerdos no inundaran mi mente, mi cabeza, mi vida. Mantener la mente en blanco. Como cuando limitas los mayores sentidos a escuchar lo que pasa a tu alrededor. Y nada importa. Solo oye. Quisiera volver a Taizé. Quisiera tumbarme o sentarme, junto a mi cuaderno de notas, y en la luz tenue escribir cada una de las sensaciones que se sienten teniendo a Cristo tan cerca. Quisiera sonreír tanto que no hubiera razón que me robara la sonrisa. Quisiera que los recuerdos buenos se quedaran en lo que son, buenos recuerdos. Quisiera caminar por una playa eterna. En la que el agua no desdibujara las huellas de mi pies que marcan mi camino en la orilla. Y pasado el tiempo, regresar al mismo punto, a la misma hora, con el mismo agua y comprobar cuánto he cambiado. Quisiera poder gritar cuanto me inspiran los que me rodean. Quienes vienen por conveniencia, quienes llegan y se marchan, casi sin darte cuenta, quienes vienen para quedarse, quienes no tienen claro si quedarse o marcharse, y quienes simplemente traen su mensaje y desaparecen. Quisiera pintar el libro de los gustos. Quisiera dibujar en el cielo tu nombre y decirte cuánto me acuerdo de ti. Pero no, ya lo sabes. No hace falta escribir. Quisiera saborear de nuevo esa primera papilla siendo aún un bebé. Quisiera bañarme en la piscina del campito de mis abuelos o jugar en el barco de los sofás de Vallesequillo. Quisiera pedirte perdón por cuántas veces me equivoqué contigo y por cuánto debí decirte en su momento. Quisiera preguntar cómo te va, sin que una palabra mal sonante golpee en el silencio. Quisiera viajar a aquel instante y volver a hacer lo que hice. No me arrepiento. Otras, en cambio, quisiera cambiarlo todo por completo. Quisiera escuchar la marcha 'El Amor' y que tú, a la vez, estuvieras sonriendo. Quisiera volver a sentir ese llanto, el sabor de esas lágrimas, de esa emoción cuando sentía los rayos de sol traspasando allí dentro. Quisiera que todo cambiara ahora. Que todo fuera nuevo. Que las calles no recordaran uno y otro momento. Quisiera que no marcara. Quisiera vibrar de nuevo, con ese gol del ascenso y celebrar de azul y blanco que éramos los primeros. Quisiera llamar a todos de nuevo. Porque ha nacido una nueva hermana, pese al aviso que no lo hiciera. Quisiera con las páginas de mi vida, pasarlas sin miedo y releer cada instante, como si me fuera la vida en ello. Quisiera tantas cosas.
Quisiera tantos momentos. Quisiera un estampa sola. Quisiera no escribir de nuevo. Quisiera yo tantas cosas, tantos sueños...

lunes, 13 de octubre de 2014

Soledad

Ayer me encontré con la Soledad. De frente. Sin buscarla. En lo más profundo de mí, Ella, ayer, me besó. No había tenido la oportunidad de verla bajo palio en la calle. Sí muchas veces en su Iglesia. Por las mañanas. En momentos de menos de 10 minutos, donde poder arrodillarme y decirle, 'Madre aquí me tienes'. 'Ayúdame'. Tú sabes cuándo y cuánto he acudido a ti, Soledad. Y en los momentos de ti, en los momentos de vacío, es cuando más haces falta tú, Soledad. Porque con la Soledad, nunca se está solo. Es una sensación diferente. Distinta. Salía la Madre de Dios, sí, pero en la tarde de ayer, Ella estaba a mi lado. No me pregunten por qué. Pero así lo sentía en mi corazón. Un corazón apagado que iluminó por esos instantes el rostro compungido de la Soledad. Y volví a sentir esa compañía, esa tranquilidad, esa pausa. Ese todo. Soledad. Y no había palio, ni candelería, ni gente, ni bambalinas, ni manto. Solo estabas Tú, Soledad. Y en mi corazón tocado por tu gracia, tocaste los hilos sensibles de un amor ausente, Soledad. Mi compañera, siempre compañera en mis ratos solos, Soledad. Sin saberlo, Tú eras lo que andaba buscando, Soledad. Y mi alma, ante tal detalle de grandeza, solo pudo darte cariño, Soledad. Y mis lágrimas, rociaban los ojos empañados de tu mimo Soledad. Y recuerdo ese momento, y no hay quien pare mi llanto Soledad. El agradecimiento es eterno, Soledad. Cuanto más solo me sentía, más estaba Tú presente Soledad. Y sentí esa misma compañía de Cristo en Taizé, Soledad. Esa tranquilidad y sosiego Soledad. Y te ibas para tu Iglesia, Soledad. Y una lágrima cruzó mi rostro, Soledad. No quería que te fueras Soledad. No quería que me soltaras, Soledad. Como aquella marcha, en la esquinita de San Marcos. Soledad, dame la mano, y llévame contigo, Soledad.

sábado, 6 de septiembre de 2014

Cansado ya de Podemos

Esto es podemos. Demagogia barata. Solo hay que leer su programa electoral. El hecho que tantos españoles sigan a Podemos no es más que una demostración que con una buena campaña de marketing y demagogia barata se puede llegar arriba. No estoy diciendo que el resto de partidos sean mejores, ni mucho menos. Pero al menos proponen retos reales y en, la mayoría de los casos legales. Nada de tomar armas, de insultar por ideología, llamando facha a los derecha por el mero hecho de seguir viviendo en una época en la que nos matábamos por ser de izquierda o de derecha. Tenemos unas fuerzas de seguridad del Estado (que por cierto yo me identifico como parte de ese Estado) que están para defendernos. Ellos también son trabajadores y velan por nuestra seguridad, ya sea en manifestaciones, en el tráfico o vida diaria. Que estemos disgustados con el panorama político, en el que me incluyo, no significa que tengamos que darle validez a un partido que dice tantas barbaridades, empezando por su líder, que alienta a su gente para "la batalla". ¿Esto es lo que queréis en España?.
Después si leéis su programa, sí me lo he leído entero, propone varias incongruencias. En primer lugar, un sueldo solo por ser ciudadano. Claro. ¿Y en ese caso, quién va a trabajar? La educación que he recibido de mis padres desde que soy un crío es que la satisfacción está en lo que se gana cada uno con su trabajo. El dinero no nace de los árboles, hay que ganárselo. Os aseguro que muchos de los que siguen a Podemos, y no digo todos eh!, son aquellos que les gusta vivir de una paguita por aquí y otra paguita por allá, que no han trabajado en su vida. Es injusto ver cómo gente vive cómodamente de Okupa, pinchando la luz y el agua, y sin pagar nada, comen de comedores sociales y las pagas las gastan en caprichos. ¿A que jode? Porque mis padres se han llevado su vida trabajando para sacar sus vidas adelante con dignidad, y sin robar. Porque eso es robar. En este caso, no es comparable con el drama de los desahuciados, eso es otra historia.
Después el tema de no pagar la deuda en Europa y nacionalización de los productos españoles. Claro, como Venezuela. Solo hay que ver cómo están allí. Esto en sí es largo de explicar. Se supone que 'la mayoría, según dicen' que vota a Podemos son de un nivel sociocultural medio-alto. Si es así, supongo que me comprenderéis.
Por no hablar del asunto de la religión. Eso sí que es una barricada contra el cristianismo. Porque, por su red social Twitter, bien que lanzan avisos con que "si llegan al poder eliminar la Semana Santa', que si no dar opción a la asignatura de religión en los colegios (esto último es ni comer ni dejar comer). Pero en cambio, sí que buscan grupos y círculos de reunión con musulmanes.

Ya si hablamos del apoyo constante a ETA. Eso sí que no tiene nombre. Ponerse de parte de una corporación terrorista que tiene en su haber centenares de muertos. Dicen que los presos de ETA son presos políticos, no. Esto es diferente. Ellos son asesinos. Y los asesinos tienen que estar entre rejas. Es así. ¿Quién trae de vuelta a los fallecidos por ETA? Es indignante.

El debate independentista de Cataluña. Si Podemos quiere gobernar España, creo que sabrán que España es de todos los españoles. Soy jerezano y andaluz pero a mi Cataluña también me pertenece. Porque Cataluña también come de mis impuestos. Y es parte de mi nación. Y sí, yo estoy a favor de un referéndum en ESPAÑA para decidir el futuro de Cataluña. Porque Cataluña es de todos los españoles. Pero no, Podemos opta por dejar únicamente a los catalanes a decidir. Sin contar con el resto de los españoles. Así nos va.

Están a favor de la libertad de expresión pero Pablo Iglesias, en más de una ocasión ha dicho que quiere eliminar la mentira. Es decir, que está a favor de decir la verdad, su verdad. Y eliminar aquello que no es su verdad. ¿Eso es libertad de expresión?

En fin, esto no es la voz del pueblo, esto es la voz de la izquierda extremista. Y así como no queríamos a los fachas por ser la extrema derecha, tampoco quiero a Podemos, porque es extrema izquierda. Las extremas nunca llevan a ningún sitio. Y por las encuestas, hay muchos extremistas en España, una pena.

lunes, 25 de agosto de 2014

De una etapa a otra

Fue por ti la última vez que escribí en este espacio personal, el cual tengo casi olvidado. Aquí me refugio de mis problemas, mis miedos, mis emociones y encuentro en este espacio cibernético mi altavoz íntimo, mi grito a un mundo que de tantas cosas que oye, casi no escucha nada.
Hoy no es un martes cualquiera, no. Es el último martes antes de. Antes, disfrutaba de cada martes como si fuera el último. Este, es el final de una etapa. Como la Vuelta Ciclista a España que pasó hace unos días por Jerez y que hasta hoy, ha recorrido los rincones de la provincia de Cádiz. Ya el martes que viene, lo más cerca que podré tenerte es el teléfono o la pantalla de mi ordenador donde, desde Skype, intentaré expresarte una caricia en esa piel blanca, ahora algo morena, que tanto me gusta tocar. O por teléfono te lanzaré los te quiero más bonitos que se puedan expresar. Se veía un mundo cuando hace poco más de un año y medio conocía a alguien que cambiaría mi vida para siempre. Desvío el camino y lo convirtió es tantas cosas, tan indescriptibles, que sería capaz de crear un teorema matemático, siendo yo de letras, para explicarlo. Y tampoco. Os lo explico fácilmente. Ella, me llenó. Con pocas cosas. Sin grandes hazañas. Pequeños detalles. Ella es única. Diferente. Por la que siempre merece la pena luchar. He de reconocer que nunca peleé tanto por alguien como lo hice y lo hago por ella. Lo que me ha dado y me da cada segundo, merece la pena para seguir sonriendo un día entero más. Da sentido a muchísimas cosas y ahora, se marcha a estudiar. A una de las mejores universidades del mundo. A la capital de España. A unos 600 kilómetros de distancia. Y comienza una nueva etapa. Para ella. Para mi. Para nosotros. Todavía no acierto pensar que te vas el sábado. Que apenas quedan cuatro días en los que piense y te diga con total certeza...¡mañana te veo!. Será el viernes, el último día...hasta pronto...te veré una vez al mes. Pero la dinámica ya es distinta. Claro, tú comienzas una carrera. Yo he de terminar mi Máster, mi inglés, trabajar o seguir estudiando. Ambos avanzamos. Nuestro amor, también. De otra forma. Aunque te vea un fin de semana al mes. Aunque guarde todos los besos que me apetece darte cada día en un sobre. Ese, que te deje cada despedida entre tus manos. Para que tengas para el resto del mes. Podemos interpretarlo de varias maneras. Podemos estar tristes, porque nos separamos físicamente. Podemos estar, porque todo continúa de alguna u otra forma. Podemos estar alegres, porque el reencuentro final está cada vez más  cerca. Habrá días para todo.
Nunca me cansaré de agradecerte cada uno de los días que me regalas, cada sonrisa, cada felicidad, cada alegría al ir a la cama y soñar contento. La libertad al saber que puedo caminar libre amando. Sin ninguna correa que impida el ir o venir, con respeto y sinceridad.
Todo eso que tú ya sabes.
Ya me toca pensar cómo sorprenderte a tantos kilómetros de distancia. Algo se me ocurrirá para hacerte sonreír tanto como aquí. Con esos pequeños detalles que tanto te gustan. Que tanto nos gustan.
Disfrutemos, cariño, de estos días que restan aquí, entre Jerez y El Puerto. Que nadie impida lo feliz que somos juntos. Lo bien que nos entendemos. Que el amor no entiende de edades.
¿Sabes por qué te quiero? Porque me quieres por lo que soy. Porque me encantas tal como eres. Tú. Sin que te cambien. Pese a quien le pese. Tú, eres única. Tu esencia es única.
Y ahora que te vas, nos tocará vernos menos, nos tocará echar de menos...
Pero este amor seguirá creciendo...

Te quiero princesa.

lunes, 12 de mayo de 2014

Ya hace un año

Hacía ya tanto tiempo que no escribía aquí, que había perdido la costumbre de contarte mis vivencias, mis miedos y alegrías. Hoy, recién estrenado este 13 de mayo, tan feliz como el que más, vengo hablarte querido rincón de vivencias, de alguien que tal día como hoy cambió mi vida. Y lo hizo con un soplo de aire fresco, el que nunca creí que llegaría, el que me hizo ver las cosas de otra manera. Llegó casi sin darme cuenta. A veces nos preguntamos cómo fue que se cruzaron nuestros caminos. En ese partido al cual ella iba por primera vez y yo estaba a punto de quitarme. Aún no sé por qué razón finalmente no di el paso y continué. Y poco después llegaste tú, en forma de contacto en el grupo de Whatsapp, junto a otra chica más. Pero te hablé a ti. No me preguntes por qué. Pero fue así. Pronto alcanzamos una amistad de esas que se maduran con el tiempo. Nos hicimos casi inseparables. Inolvidables esos paseos nocturnos por el centro de Jerez. Esas miradas que decían mucho más de lo que hablabas. Pero que mis ojos se empeñaron en entender casi desde el principio. Hasta que decidí romper con el pasado e intentar montarme en un tren que pasaba por mi camino pero que no sabía si las puertas se iban a abrir algún día. Todo o nada. Y me arriesgué. Y pronto descubrimos juntos que eso no era solo una gran amistad. Era más que eso. El primer beso fue distinto a todos los que hubiera dado antes. Distinto. Lo que más desee. La felicidad invadió cada uno de mis sentidos. Una felicidad que gracias a ti, cada día vive conmigo. Vivimos una primera feria juntos y tal como nos conocimos, por Whatsapp, cuando te pedí formalizar esta relación que hoy cumple un año. Tal día como hoy, 13 de mayo. Y es por ello que hoy toca darte las gracias.
Gracias por darme la oportunidad de arrancar mis mentiras de raíz, tú ya me entiendes.
Gracias por hacerme ver las cosas de otra manera, vivir cada segundo de la vida, aprender a disfrutar de cada día como un regalo.
Gracias por parar el tiempo cuando estoy contigo. Gracias por cada detalle, desde el más pequeño al más grande. Aunque sabes que me ganas cada día con esos pequeños detalles cotidianos que te hacen única.
Gracias por esa pedazo de Feria del año pasado (este año vamos a repetir y bien) Navidad, Cabalgata de Reyes, Carnaval y Semana Santa...
Gracias por cada uno de los momentos en estos 365 días del año.
Son tantas cosas buenas que me recuerdan a ti...todas esas canciones: "No te marches ahora", "Comiéndote a besos", "Aquí me tienes", "contigo hasta el final", "Todo", "Esa mujer", etc.
El momento hasta ahora, más bonito que he tenido en mi vida ha sido a tu lado. Y fue la primera vez que me dijiste te quiero. Recuerdo que fue junto a la plaza del Caballo. Y una pequeña lágrima de emoción cruzó mi cara. Me emocionó esa mirada que desahogada decía lo que sentía mientras tu voz resonaba en mi corazón como candela a la que se le echa leña. Era de verdad, muy puro. Con una viveza, y una energía que sigue inundando tus ojos cada vez que sigues pronunciado esas dos palabras que tanto me gustan: Te quiero.
Me encanta que seas cariñosa conmigo, como siempre, que me llames cariño, mi niño, vida...
En realidad, lo eres todo para mi. Vida, cariño, mi niña...y sobre todo eres amor. Se puede decir que el amor de verdad lo he conocido contigo. Has sabido darme esa libertad para sentirme tuyo pero sin ataduras. Con mi espacio y mi libertad. Pero es que me lo paso genial contigo. Ella es muy divertida, siempre tenemos una chorrada que soltar o un baile que entonar al ritmo de una canción que sale de una palabra que mencionamos.
Lo que más me gusta de ti, es que no hay planes. Y es curioso que lo diga yo, que siempre he sido un niño que he planificado todo. Pero, aunque parezca peliculero, cada día es una aventura. No podemos decir mañana nos vemos seguro ni mañana no nos vemos. Siempre pasa algo que trastoca un posible plan formulado.
Soy tan feliz a tu lado, que lo único que quiero en esta vida es no separarme de ti. Sí y trabajar y vivir, pero contigo. Que tú siempre estés ahí. Eres la persona que me da rienda suelta a mi locura. Porque tú estás igual de loca y eso me encanta.
Eres mi niña guapa, el estereotipo que nunca encajó en lo que yo buscaba. Y ahora te has convertido en la pareja perfecta para mi.

Gracias Fabi por este año genial que hemos pasado juntos. Cada uno de esos momentos que tú y yo conocemos, para nosotros se quedan. Solo te digo que esto es sólo el principio, que llenaré tu vida de detalles y que seguiré enamorándote cada día, como tú haces conmigo.

Te quiero.