jueves, 11 de octubre de 2012

Carta a al Gerente de la Suite 'La Marquesa' de Jerez

Querido gerente del geriátrico Suite 'La Marquesa':

Dice un viejo refrán popular que se pilla antes a un mentiroso que un cojo. Y ya le han cogido. Ya nadie se cree las mentiras que día tras día ha ido comunicando a los trabajadores y trabajadoras de la Suite. No hay persona más ruin y rastrera que el que engaña mediante falsas promesas de pagos a familias que ya se ven con la soga al cuello. ¿Y usted es empresario?. Con deudas en todos los geriátricos que usted tiene y con trabajadores que no se les puede poner un pero en su trabajo. ¿Usted realmente se cree que son tontos?. Mire señor Pedro, hay muchas familias que la asfixia económica que usted está facilitando les está ahogando. Muchas se ven con deudas y pagos sin resolver porque lo único que usted sabe decir es, no armarla porque esto lo voy a vender. ¿A quién quiere engañar? ¡Dígame! Si no da siquiera la cara y se comunica mediante comunicados escritos. Me parece lamentable la situación a la que se ha llegado por su inutilidad y su forma de actuar. Le debe 7 nóminas a sus trabajadores, SIETE!!. Más de cinco mil euros a cada uno, ¿ve usted eso justo?. Pagando de 300 en 300 euros cada mes. Y los trabajadores con la soga al cuello mientras usted sigue comiendo todos los días sin problemas y viajando de un sitio a otro. ¿Viajando para qué? Porque buscar soluciones se ve que no. Que esto no es nuevo señor gerente y que si usted quisiera realmente vender no pondría tantos peros. Y no modifique usted los precios cuando está a punto de firmar. ¿Y ahora, qué va a pasar? Porque ya no engaña ni a los trabajadores, que gritan al unísono un BASTA YA DE TANTO ESTAFAR. Pague a los trabajadores, devuélvales su dinero porque esta situación es insostenible. Y si tiene una explicación, contacte conmigo y un día junto a los trabajadores, nos sentamos y nos lo explica.

P.D. Le escribo esta carta porque veo que está usted más cómodo mediante este medio para expresar ideas , ¿no?.

lunes, 10 de septiembre de 2012

Una etapa que se cierra con recuerdos inolvidables

Y sí, lo conseguí. Llegó en fin a la mejor etapa de mi vida hasta el momento. Ya soy periodista, y en tanto que lo escribo, me emociono. Porque detrás de todo esto, ha habido un afán de superación. Superar adversidades, cuestas empinadas. Caer, caer, y volver a caer. Y siempre alguien ahí que me pone la mano para levantarme, pero no podía. Me tenía que incorporar para mi mismo, para sentir la felicidad de uno mismo. Como me siento ahora mismo. Feliz. Y es imposible escribir esto sin recordar pinceladas de un cuadro que ultima sus trazos finales. Momentos con mi primer grupo de aprendices de periodista. Cristina, Alberto, Gabi, María; más tarde Mila, Charly, Marta Silva, María...
Momentos inolvidables con ellos, pero que no supe cuidar la amistad, por mi falta de compromiso en la facultad, la dejadez en algunos momentos, y parte del descuido en el sentido de la amistad.
Y es que, se puede decir que mi etapa universitaria está marcada en dos etapas. De primero a tercero; y los dos últimos años.

La última ha sido la más intensa y provechosa. Me di cuenta que realmente podía hacer algo grande. Aun tarde, me di cuenta del tiempo perdido y ahora estoy satisfecho. En esta segunda etapa, cumplía el quinto año, entraba en cuarto de Periodismo, con personas que nunca había convivido. Era como, empezar otra vez pero inmerso en un grupo que se conocía desde hace cuatro años. Me costó todo un cuatrimestre adaptarme hasta que os conocí. Carlota (amiga futbolera y del Barça, para qué más), Macarena, María Moreno, Regla, Fran Bético y demás. Cuarto se pasó con ganas de más, con ese sentir de que me había estado perdiendo algo todos estos años.

Para cuando llegó quinto, el año que marcará mi carrera. El mejor sin duda. Tanto en lo académico como en lo personal. Y donde he conocido grandes personas que siempre llevaré en mi corazón y cuya amistad estará presente siempre. Compañero de trabajo en la Fcom, demostración día a día del sentido de la amistad, amigo de paseos, de estudio, de fútbol, de todo. Manu Morales marcó un antes y un después en mi día a día en la Facultad. Gran apoyo en todo los problemas y soluciones. Compañero de cafés en la cafetería y complemento perfecto para una amistad de las que nunca se olvidan. No puedo olvidarme tampoco de Silvia, compañera en todos los sentidos. Y qué decir de Tíscar. Nunca sabes por dónde va a salir. Su forma de ser es un jardín de flores de distintos colores y olores. Cada día sorprende con algo nuevo. Acento granaíno y el desparpajo de un pájaro revoloteando por el jardín que antes mencioné. Amiga y compañera siempre que hizo falta.
Compañeros de biblioteca, o de clases, como Malu, Bobillo (Ale, ¿un café para descansar?), Jaime y Sara. ¡Cuántos trabajos a costa de Redacción!.

Amigos que me llevo de los trabajos de clase, es el caso de Isabel Santiago, de Bellas Artes,  costalera y artista de Sevilla, o así le gusta llamarse. Una fenomenal amiga, en alguna etapa pasada debimos ser hermanos y no solo de cofradías.

Compañeros de cofradías, Carlos Salas, Manu Barroso y alguno que otro más. Siempre es bueno tener a alguien de tus mismos gustos en una facultad, digamos, no muy cofrade.
Y los profesores que marcarán una etapa...Los Vázquez Liñan, Concha Pérez, Miguel Bobo (yo sí aprendí y mucho con él), Ramón Reig, Mónica Barrientos y muchos más que la memoria, a estas horas de la noche, naufraga en un mar de recuerdos empapados con las lágrimas de la añoranza.

Los amigos del Colegio Mayor, Enrique Villegas, Roberto Serrano, Galindo, Marqués, Sebastián,  Andrés de La Línea, Alejandro 'Quimiesta', Mármol, Lería, todos los Joajin's Boys y muchos otros, pero sobre todo, Alejandro Tinoco. Compañero y amigo. De las personas que sé que nunca perderé el contacto. He vivido tantas cosas junto a ti, FORDA, que no tendría blog para terminar de escribirlas.
Y con vosotros numerarios como Julio Vecino, José Carlos o Luis Fontán. Los que nunca me dejaron caer, no sabéis cuanto os agradezco esa manita que nunca está de más.

Mi novia, Lucía. Al final lo conseguiste. Aguantaste mis seis años en Sevilla. Con momentos mejores o peores pero yo sabía que podrías. Y ahora míranos. Nos queremos más que hace seis años y aunque el trabajo está como está, tengo tiempo para disfrutar junto a ti, cada día, cada hora, cada minuto. La espera mereció la pena.

Y no puedo cerrar esta etapa sin acordarme de los que nunca dejaron de confiar en mi. De aquellos que siempre me dijeron: "David, estudia, que es tu futuro". De aquellos que hoy me miraban con orgullo y con una sonrisa de oreja a oreja. Merecían darles esta alegría. Porque un esfuerzo tal, merece la recompensa. ¿Qué habría hecho yo sin mis padres en esta etapa?. Ellos sí que han aguantado como me caía y me levantaba. Y ahora son quizás más felices que yo.

Me quedo con una sonrisa de mi padre, mirándome con orgullo y con los ojos diciendo, mi hijo ya es Periodista.

lunes, 30 de julio de 2012

Una oración como bocanada de aire fresco

Hay en estos momentos una amiga que lo está pasando muy mal porque su padre, Manuel Ortega Alonso, está ingresado en el hospital por un problema en el corazón. Lanzo desde estas líneas una oración al cielo y que el Señor de la Clemencia le ayude con su gracia.
Que los trazos de la talla del mismo Dios ayude a este hombre a superar el mal trago y vuelva cuanto antes a la normalidad.

Clemencia son tus ojos,
tu auxilio es mi Esperanza,
la salud de tu madre
es motivo de alabanza,
y por ello te pido Padre,
un respiro de aire al alza,
y con una oración al cielo
rezaré junto a mi cama,
Padre nuestro
que en los cielos te encuentras,
líbranos de las malezas,
que por ti viña pasan.


viernes, 3 de febrero de 2012

Indignados

El fin de semana pasado paseaba con mi novia una tarde de sábado. Frío y solitario estaba el centro de mi tierra, Jerez, donde ya ni siquiera los bares los sábados por la tarde. El taconeo de los zapatos contra el suelo, era la única ráfaga de sonido que interrumpía el silencio de unas calles desiertas en pleno final del mes de enero. Al pasar frente al Ayuntamiento varias pancartas en señal de protesta por impagos. Familias enteras que se ven sin trabajo y sin ninguna cuerda de la que tirar mientras la crisis sigue deborando sus bolsillos. Sigo caminando y llegó a la Plaza del Arenal, lo que para Sevilla sería Plaza Nueva. Centro neurálgico del centro de la ciudad. Y allí, como quien no quiere la cosa, siguen las carpas que reclaman justicia y una democracia más justa. Una vida sin guerra y con amor, donde la felicidad sea punto clave en nuestras vidas. Piden un trabajo y un derecho a una vida digna. Y protestan contra los políticos, exigiendo un sistema que les permite vivir con garantías. Y ahí estaban. Ante la soledad de la calle. En esas carpas improvisadas. Pero nada más lejos de la realidad. Viendo la televisión. Sí, la televisión en medio de una plaza pública. Personas que no sobrepasaban los treinta años. Viviendo de la electricidad que les proporciona a saber quién. Reclamando un sistema mejor acomodados en sillones y butacones habitando en un suelo que es de todos. Quien piense que el trabajo va llegar a su puerta vestido de chaqueta y ofreciendo un contrato laboral es que no vive en este planeta. Reclamando en silencio, viviendo del cuento y de una revolución que ha ido de más a menos. Por que sí, es verdad. En Jerez y en todos los puntos de España hay muchos indignados. Indignados por esta situación que está deborando la vida de las personas trabajadoras que gritan y reclaman a un mismo son lo que es suyo. Algunos salen en la tele pero otros ni eso. Cuántos parados, sí pero cuántos trabajadores que no cobran. ¡Cuántos!. ¿Pero están ahí parados?, ¿esperando como pasan los días?. No. Están trabajando, reclamando lo que es suyo, luchando hasta la saciedad y manteniendo una familia que crearon con trabajo y esfuerzo. Indignados los de ACASA, empleados municipales, los de la Suite la Marquesa y los de muchos otros lugares de Jerez y España que luchan por conseguir lo que es suyo. Con trabajo y esfuerzo. Sentado en el sofá, viendo como va la tele. Y se hacen llamar indignados..., más de uno está indignado de la que vida que llevan estos vividores.