Que cierto es que uno da lo mejor de sí mismo cuando alguien muy importante para nosotros nos necesita. Para lo que sea. Y más una madre, que junto a cada uno de nuestro padres, es la persona más querida. Nos llevamos toda la vida intentando agradecer a una madre todo lo que ha hecho por nosotros. Fíjense que tal es el amor, que en casos extremos, lo dejamos por todo por ellos.
Y os preguntaréis, ¿por qué digo todo esto?. Estas líneas es mi sincero homenaje a Lucía, mi pareja y ya parte de mi familia, al menos de mi corazón. Su madre, Ángeles, lleva desde hace unas semanas ingresada y ella vive para y por su madre. ¿Puede ser algo más bonito?, y lo lleva como puede entre agobios, emoción, suspiros y fuerza, pero lo lleva...porque es su madre. Además, yo que lo vivo desde fuera, al no tratarse de una familiar mio, me hace sentirme orgulloso de ella. Siempre que puede en el hospital, acompañando a su madre. Es algo que se supone que hacen todos los hijos del mundo, aunque en ocasiones este hecho, no se equipara mucho a la realidad. Por ello va este homenaje a mi novia, porque si yo estoy orgulloso, imagínense su madre.
Además aprovecho estas líneas para que cada uno de vosotros, desde vuestro más profundo corazón rece por Ángeles, su madre, para que el Señor le ayude y vuelva pronto a casa:
Señor,
Exaltación que te rezo cada día,
tu Sagrada Mortaja que te recogió,
Salvación de mi vida,
esta vez no te pido por mí,
te rezo por aquella que concibió,
hace 25 años,
a esa niña que mi vida encaminó.
Madre de la Concepción,
tú que eres Reina de los Ángeles,
manda un ángel protector,
para que Ángeles vuelva a casa,
y sea motivo de alegría para sus hijas,
porque la fe que mantenemos en Dios,
es la que mantiene nuestra ilusión.
Amén.
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