viernes, 5 de julio de 2013

Tengo que contarte Reina de los Ángeles...

Hola Madre mia. Hace tiempo que no te rezo a los pies, al menos este tiempo no debiera pasar en horas.
Tengo que ir a verte más a menudo. Ya te dije en el atril que eres Reina de los Ángeles, de mi corazón y de mi vida. Y que tu cara que mira al cielo de Capuchinos rocía lágrimas que quiero secar con mi alma. Hoy vengo a hablarte porque me hace falta. Hoy no vengo a rezarte por la gente que me rodea, hoy vengo a pedirte por mí. Tú sabes, mejor que nadie, como me encuentro. Si bien, si mal, si genial, o si hecho polvo. Tú lo sabes. Porque vives en mi corazón. Hoy te envío esta oración porque quiero ser feliz por el mero hecho de ser hijo tuyo, Madre de Dios. Leo diariamente que el cristiano es feliz y que esa es su carta de presentación. Yo, créeme que lo soy pero necesito plenamente serlo. Y hace varios días que sabes que no lo soy y te pido como siempre consejo. Sé que tú tienes la medicina que me hace falta para serlo. Acabo de leer la frase 'No importa cuantas dificultades estés atravesando en este momento, Dios tiene un gran plan para tu vida', para mi vida. Es por ello que creo que la felicidad reside en ti, Madre. Cierto es que como sabes, parte de mis grandes preocupaciones actuales vienen del mismo motivo que me rescató la fe. Y eso lo agradezco gratamente. He recuperado mi confianza en la Iglesia, que nunca murió pero si estaba dormida, alguien la despertó, y con esa FE, visitarte al menos, una vez por semana. Ayer estuve en tu casa. Pero tu rinconcito ya estaba cerrado. Volveré a verte el domingo, aunque escribiendo te rezo a mi lado.
Yo he sido feliz y gracioso por naturaleza, loco de remate y si me apuras, cada día corrijo cada error que cometí en el pasado para no volverlo a repetir. Lo que no quiero Madre, es volverme cerrado en mi. Quiero seguir siendo ese personaje por decirlo de alguna manera que va alegrando la vida al resto sin importar recibir nada a cambio. No sé por qué yo cambié también. En estos días, sí, no he sido el mismo. He vivido en una burbuja en la que no quería salir pensando en algo que si bien es cierto que está ahí, si algo tiene que pasar, pasará, me preocupe mucho, menos o poco. Tengo que disfrutar julio, salir con los amigos, trabajar a tope por las mañanas, aquí hago una excepción Madre mia y te pido por él, por su trabajo, por el nuestro. Tengo que sonreír a la vida todos los días. Hay gente que lo está pasando mucho peor que yo. Gente con familias enteras por las cuáles también te pido para que Dios y Tú seáis refugio de ellas en estos momentos difíciles.
Y ya, mientras escribo estas líneas, estoy mejor. Porque si hay alguien que siempre me escucha, eres TÚ, María, Reina de los Ángeles. Tú serás por siempre en mi vida, Mi Esperanza. Aquella que queda siempre cuando todo parece ir al contrario, y ello me reconforta porque contigo nunca, en ningún aspecto me siento solo.
Y ya que estoy, te pido por mis amigos y conocidos, todos sin excepción. Los nuevos y los menos nuevos. Los que se preocupan por mi y los que no. Sobre todo, te pido por los que no. Y por los que hacen daño sin y con intención. Te pido por ellos. Para que la gloria de Dios los ilumine en el camino y los lleve a un mejor caminar. Y por los que están ahí, de una manera u otra. Los que están aquí en Jerez, Sevilla, Cádiz, Italia o en cualquier parte del mapa. Aquellos que se preocupan cuando algo pasa. O aquellos que te escuchan simplemente por wassap. Aquellos.  Te pido Madre mia, por ella. Para que disfrute allí, aquí y siempre. Para que no cambie, y sea feliz esté quien esté. Yo lo seré si es así. Y lo sabes Madre. Dale gracias de mi parte a Paco Bazán por esa sencillo ejemplo de agarrarse a la vida mediante la Fe. Y dale recuerdos a Pepe Antonio, que el equipo completo de Trabajadera nos acordamos mucho de él.
Te pido por mi familia, mis padres, mis hermanas, mi familia materna y paterna. Dale un abrazo a mi abuelo Diego en el cielo, que me acuerdo mucho de él. Y dile a mi bisabuela Dolores a mi tio Bobi que los echamos de menos.
En fin, te pido por todos y por mi sobre todo. Como ya te dije. Porque faltará trabajo, en muchas ocasiones ganas de todo, pero que nunca falte la felicidad de vivir. A nadie ni a mi. Hay que vivir día a día como si fuera el último. Hay que saber ser feliz por sí mismo. Y si alguien llega, ser más feliz o estar mejor con esa persona, pero si falta, no dejar de ser feliz. Porque ese es el combustible de la vida.
Gracias Madre mia, Reina de los Ángeles, por este ratito de oración.
Hasta otro momento, así lo quiera Dios.

No hay comentarios:

Publicar un comentario