sábado, 11 de mayo de 2013

El aire que me lleva

Y se acabó. Así termina la gran historia hasta ahora de mi vida en las miles de páginas de este cuarto de siglo que llevo escrito. Se terminó con un suspiro de aire fresco y un mar de recuerdos que ya quedan alojados en la añoranza. Se fue como aquel globo que se suelta y que lentamente ves desaparecer en el ancho del cielo, cada vez más lejos. No hay vuelta atrás, solo reojos a una historia que tanto por su dimensión como por su capacidad ha acaparado casi la última decena de mi vida, inmerso en la transición de juventud a madurez. Y finaliza, pero no muere. Porque si fallecieran todos aquellos momentos junto a ti, mi vida tendría grandes lagunas en todos y cada uno de los sentidos que se le puedan dar a esta. Porque contigo he aprendido a vivir, a sentirme querido, a creer que no estoy tan mal como me veo yo y sobre todo a compartir lo que llevo dentro con alguien. Pero para ser plenamente feliz hay que estar enamorado, y ese fuego se apagó y tomé una decisión. Acertada o no, creo que ha sido la mejor, y como te querré siempre, deseo ahora que seas feliz allá donde tu camino te lleve. Y te está llevando para descubrir nuevas aventuras, nuevas historias, nuevos relatos de la vida, que por corta no se puede perder el tiempo. Quizás nunca pensé que te ibas a rehacer tan pronto, y eso, en el fondo me duele. Pero ya saben que cuando el amor desaparece en uno de los dos, desaparece en realidad en ambas partes y es sustituido por un egoísmo cariñoso que en nada se le parece. Por eso. En el fondo, me siento mal porque se haya acabado tan rápido. Nunca pensé que sería yo quien terminaría con todo esto. Yo, el mismo que en 2005 comenzaba una historia que nunca pensé que acabaría. Pero bien sabes que algunos acontecimientos de esta aventura han ido desinflando lo que en su día no cabía en el pecho. Pero bueno, gracias por todo. Siempre te llevaré como la primera. Los primeros amores dicen que nunca se olvidan. Y vuelta de nuevo a los 17 años que tenía cuando la comencé. Y nunca mejor dicho. Vuelvo a ser el loco que era, con la 'madurez' de ocho años más tarde. Toda una bomba de relojería. Y sin tiempo para pensar, conozco a alguien. Alguien que me abre los ojos para dar el paso, quizás más difícil en lo que llevo recorrido. Y en su locura me siento identificado. Pero no somos iguales. Poco nos parecemos créanme. Bueno poco, en muchas cosas sí. Tan parecidos y tan diferentes. Me gusta esa frase. Y llega como cuando en verano, por las calles de Cádiz entras en un callejón que te lleva desde el Paseo a la Avenida y te pilla la corriente, con un aire nuevo que te hace olvidar el calor de la playa. Un aire distinto. De esos que no saben hacia donde te llevan. Y un aroma nuevo que viene con sabores distintos que elimina toda la prisa, toda la rapidez y aporta serenidad, paz y libertad. No es que no estuviera libre. No. Yo siempre lo he sido. Sí que es verdad que este nuevo fresco me aporta felicidad. Y es el fin de cada uno ¿no?. Llegar a la felicidad. Y mi vida da un vuelco completo. Todo se me echa encima, pero suavemente. Como la leve melodía de 'Entre dos aguas' de Paco de Lucía, comienza a avanzar mi sentir. Casi sin pensar, lo intento. Guiándome por el corazón, como casi siempre he hecho. Mi cabeza está para estudiar, para los casos de lógica. Pero el amor no entiende de eso. Los impulsos del corazón son más fuertes que cualquier pensamiento que te hace plantear que nada va a salir bien. ¿Qué hay más apasionante en la vida que vivirla día a día sin saber qué va a pasar mañana?. Viviendo queriendo y sintiendo sin saber muy bien qué. Pero que te hace feliz, te desahoga de los problemas y te sientes feliz. ¿Para qué más?
Alguien me dijo hace poco que hay que Sonreír a la Vida.
Ese mismo alguien que está haciendo que la Vida me devuelva cada día una sonrisa.

2 comentarios:

  1. veo que te marcó la vida, pero hay que seguir y buscar nuevos mares que surcar

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